lunes, 16 de febrero de 2015

Leer.

   A mí me encanta leer. Desde que tengo memoria me encantan las historias de los libros. 
   He llegado a estar tan enganchada que recuerdo que leyendo "Los pilares de la tierra" de Kent Follet, se fue la luz y rebusqué como pude en los cajones de la cocina hasta que encontré un par de velas y seguí leyendo hasta que acabé (bueno no recuerdo que se acabó primero, si las velas o el libro). 
   Desde que son bien pequeñas les he comprado todo tipo de cuentos. Tengo autentica obsesión. Me fascinan las librerías, me encanta hasta como huelen. Y los mercadillos de libros de verano y cualquier sitio donde se puedan comprar libros...
  Como ya he contado anteriormente nos hemos mudado en varias ocasiones y con nosotros se han venido todos los libros, que son muchos. Cajas y cajas pesadísimas que han hecho las mudanzas más incomodas de lo que ya son por sí mismas.
   Pues bien, cuando los padres tenemos una afición solemos querer transmitírsela a nuestros hijos. Y yo tengo que reconocer que ninguna de mis hijas sentía la pasión que sentía yo cuando era pequeña por los libros. 
   También hay que decir que en mi época, no había ordenadores, ni tabletas, ni consolas ni nada que requiriese ser enchufado para cargar la batería. 
   Son de la generación de la tecnología, y eso es fantástico y ayuda mucho en muchas ocasiones, pero también creo que les hace perderse otra serie de cosas buenas de las que nosotros disfrutábamos.
   En fin, que me pierdo, la cuestión es que a base de insistir, he conseguido que a Beatriz le guste leer y hoy por hoy, lee mucho, de hecho, se lee libros de 400 paginas en un día.
  Y por mentira que parezca, Marta ya empieza también a disfrutar de los libros. Pero a su manera...
De hecho, he decir (con muchísimo orgullo) que en su clase tienen una tabla donde apuntan los libros que lee cada niño y ella es la que va ganando de su curso.
   Para llegar a esto, hemos pasado por varias fases:
- "¡ No quiero leer!"
- "¡No me gusta leer!"
- "¡Odio leer!" Esta acompañada de un lanzamiento del libro hasta el pasillo.
- " Este libro es asqueroso". 
- "Me duele la cabeza, no puedo leer".
- "Me duele la barriga, no tengo ganas".
   Y una cantidad de excusas que serían dignas de ser escritas en libros de Ciencia Ficción.

  Entonces, empiezas a sacar cuentos con poca letra y muchos dibujos (cuentos propios para bebes), y empieza a leerlos y los lee bien, y sobre todo , los entiende. Asi que poco a poco, vas poniendo más letra y una chispita menos de dibujos. Hasta que llega un día en que el momento de leer (a mí me ha funcionado genial la rutina de leer en la cama TODOS LOS DÍAS porque además le da un sueñecito...), ya no es una pesadilla. 

   Para ella, leer es un esfuerzo enorme porque tiene que concentrarse para organizar las letras y además entender lo que está leyendo. 
   A Marta ya le gusta leer, pero lo que más le gusta es leer libros que ya ha leído, porque ya sabe por donde va la historia y eso le va dando confianza.
   Marta tienen 8 años, y ahora mismo está leyendo libros recomendados para la edad de 6 e incluso menos, pero no importa, ya leerá libros de su edad más adelante. Por el momento el logro es que le apetezca y lo disfrute.


   Esta es la mesilla de noche de Marta. Aún nos quedan muchos mundos fantásticos por descubrir.
   Estos son sus libros favoritos ahora mismo. Creo que los ha leido ya 4 veces cada uno. Son libros cortitos con muchas ilustraciones.
  
   Y esta colección es la que tiene enganchada a Beatriz.