lunes, 4 de mayo de 2015

Manifestaciones de la dislexia.


Hola a todos de nuevo. 
Tengo un montón de historias que contaros, pero hoy vamos a dejar paso a la opinión profesional.




SÍNTOMAS DISLÉXICOS (parte I)


      Existen muchas manifestaciones o síntomas a través de los cuales podemos saber si nuestro hijo/a puede presentar una disléxia. De entre todos ellos, los más característicos son: síntomas en la lectura, síntomas en la escritura y síntomas en el comportamiento.

Hoy abordaremos los síntomas en la lectura.


    Síntomas en la lectura: Es posible que se den estos tipos de lectura:


  1. Lectura taquiléxica: excesivamente rápida, inventa palabras o frases a partir de la información que consigue captar.
  2. Lectura pradiléxica: excesivamente lenta lo que le hace perder la comprensión del texto.
  3. Lectura disrítmica: combinación de las dos anteriores. Comienza con una lectura muy rápida y va disminuyendo progresivamente la velocidad y el ritmo, lo que complica la comprensión.
  4. Pseudolectura: el niño/a en realidad no lee, sino que reproduce de memoria lo que ha aprendido.
  5. Lectura imaginativa: Imagina el contenido del texto a partir de los dibujos o de las primeras palabras.
  6. Lectura silábica: lee las palabras sílaba a sílaba.
  7. Sustitución de una palabra por un sinónimo o por una palabra del mismo campo semántico.

  
      El prómixo día, hablaremos sobre los otros síntomas.
     
      Un saludo.

      Marta Palomera.
      Intervención Psicológica y Pedagógica.



       

      Como ha sido un fin de semana largo, a Marta le ha dado tiempo a hacer manualidades. La primera es una tortuga hecha con barro y pintada con tempera.
 
Esta segunda es una tarta de plastilina.







    




miércoles, 22 de abril de 2015

El 8,75.

Hoy Marta nos ha traido un 8,75 en Conocimiento del medio. Le hemos echo una fiesta en el coche su hermana y yo, hasta que nos ha soltado que estaba muy decepcionada.

Yo pensaba que el problema era que aún no se enteraba de que un 8,75 (que es casi un nueve), para ella igual era un suspenso, porque ya sabeis que para Marta las calificaciones numéricas no significan gran cosa.

Pero no, parece que ya sí que tiene claro que a partir del cinco la cosa está bien (en mi casa a partir del cinco es todo un éxito). El problema, es que ella se lo sabia muy bien y no entiende por qué sólo ha sacado esa nota.

Cuando le he pedido que me enseñe el examen, las dos hemos entendido el porqué de ese 8,75 (ya habreis notado lo feliz que me hace, que no dejo de escribirlo). 

Efectivamente, Marta había contestado muy bien a todas las preguntas de la primera cara del exámen. Y luego, al darle la vuelta a la hoja, al principio, seguimos con las repuestas legibles, pero a partir de la regunta 7, ya no se entiende nada de lo escrito. Pero nada de nada. 

Es más, cuando le he pedido a ella que me lo lea, me ha contestado con un:
- Imposible mamá. Esto no lo entiendo ni yo. Es que ya estaba tan cansanda de pensar y escribir que me dolia hasta el boli.

En fin, poco a poco.



Esto es lo que le encanta hacer a Marta ahora. Diseñar vestidos de fiesta. Lo que lleva la modelo en la mano es un micrófono. Aunque más bien parece un plátano con peluca.

lunes, 20 de abril de 2015

Jugar.

La semana pasada ha sido una locura de trabajo. 
Por eso, no he tenido tiempo para hacer entradas, mil perdones.

Hoy, os voy a hablar de los juegos.

Hace unos días, Beatriz se quejaba amargamente de que no tenía tiempo para nada, que cuando era pequeña se divertía más que ahora (sólo tiene 10 años).

Entonces, yo le dije que aunque es verdad que tiene mucho que estudiar, también tiene tiempo para ver videos de perros en el ordenador (nada más y nada menos que partos de cachorritos, o de vacas o caballos... Vamos, todo un espectaculo de la madre naturaleza que a mí me revuelve un poco el estómago, pero que a ella le entusiasma), o incluso, jugar a la tablet.

Pero ella seguía insistiendo en que no tenía tiempo de divertirse, que antes se divertía mucho más.

 Y entonces, le dije, que quizás el problema es que no dedicaba tiempo a jugar. 
Porque Marta, todas las tardes juega un ratito con sus caballos, o sus mini muñequitos mascotas o crea diseños con sus cuadernos de diseñar.

Y se quedó callada pensando. Y me contestó:
- Mamá, ya soy mayor para jugar.
- ¿Pero qué dices? Sólo tienes 10 años. Es la edad perfecta para jugar a un montón de cosas. 
- Pues los niños de mi clase ya no juegan, a no ser que sea al ordenador o con el móvil.
- Pero tu misma has dicho que ya no te diviertes, y eso es porque no juegas. Y a lo mejor los demás si juegan pero tú no te enteras.
- Bueno, puedo probar mañana a ver qué pasa.

Se ha pasado el fin de semana jugando con Marta y se han divertido un montón, hasta el momento en qué se pelearon claro. Y hacía muchiisimo tiempo que no jugaban juntas a nada.

El caso es, que da mucha pena, que los niños crean que con diez años ya son mayores para pasarse un rato tirados en el suelo jugando con la tonelada de juguetes que hay en todas las casas, imaginando mundos fantásticos y riéndose relajados, sin estar delante de una pantalla de lo que sea y del tamaño que sea.



 Por cierto, este juego es fantástico para los niños, a mis hijas les encanta.

Con todo esto,  no digo que el ordenador sea malo, pero para estar delante de una pantalla, ya tienen el resto de sus vidas. Y jugar, es una etapa más reducida. Bastante más reducida.

lunes, 13 de abril de 2015

Adoptar una mascota.

    Ayer hemos estado en la primera marcha que organiza la asociación local de recogida y adopción de animales abandonados. A esta asociación protectora de animales es a la que acudimos para adoptar a nuestra mascota.
   Organizó un paseo-ruta de senderismo de 7 kilómetros por el campo y después, nos entregaron un ticket para un plato de paella y una pieza de fruta que comimos en unos jardines mientras nuestras mascotas se lo pasaban en grande correteando. Asistimos más o menos, 150 personas más sus mascotas.
   Hoy desde aquí, quiero agradecer a ésta y a todas las asociaciones de este país la labor que hacen con todos estos animales, porque ayer, trajeron a los perrros que están a la espera de ser adoptados y había casos que ponían los pelos de punta.
    La verdad es, que vivimos unos tiempos en que hay muchos colectivos que están sufriendo. Los casos de maltratos a personas son imperdonables, y provocan en la sociedad un rechazo e indignación totales.
   Pero ayer, también daba mucha pena ver a un pobre perro que de las palizas que le habían dado le habían dejado destrozado, por dentro y por fuera.

   En fin, que hoy quiero agradecer a las personas que dedican su tiempo a labores desinteresadas como ésta. De sobra sabemos el poco tiempo que tenemos todos actualmente, y aún así, hay personas que todavía encuentran un momento para ayudar a los más necesitados. Desde aquí va mi enhorabuena y mi admiración.




Esta imágen es de ayer.

viernes, 10 de abril de 2015

Viernes.

Esta semana ha sido laaaarga y complicadilla. Pero al fin es viernes.
Y como nos ha costado llegar hasta aquí, vamos a divertirnos un ratito con las cositas que nos han pasado.

- Ultimamente, mis hijas, sobretodo Beatriz, se avergüenzan de mí porque dicen que hablo con todo el mundo (aunque no lo conozca) y que me rio de una manera muy escandalosa. Todo eso es cierto. Hablo mucho y me rio mucho, pero, cuando llevamos a Dora a la veterinaria, al salir les dije:
- Chicas, Victoria (la veterinaria), se rie tan alto como yo y habla tanto como yo, y os encanta.
- Pues si mamá - me dice Beatriz - pero no vivimos con ella.
- Pues os cae muy bien y os encanta venir. Pero a tí no te gusta que yo haga eso mismo.
- Ya, es que, te repito, que no vivo con ella, y me encanta como habla y se rie, pero no se viene a casa conmigo...

-  Esta semana he ido a una frutería nueva a comprar, y había mucha cola para pagar. Cuando me ha tocado pagar, las chicas que atienden me han dicho que si podía darles el importe cambiado porque se estaban quedando sin cambio. Yo, que por casualidad tenía el monedero a reventar de moneditas les he dicho que igual sí, que qué me daban si se lo daba todo bien cambiadito. Y ellas, me han contestado que me hacía la ola toda la fruteria . Después de buscar y sacar hasta el último céntimo, se lo he dado todo como si fuera el "Tío Gilito", y efectivamente, me han echo la ola hasta las abuelitas de la cola, provocando la carcajada general.
Nada más salir, Beatriz roja como un tomate me ha dicho:
- Mamá, no tienes remedio. 
- ¿Por qué? Si todo el mundo se ha reído y se lo ha pasado bien comprando fruta.
- Es que no sé lo que voy a hacer contigo. Tu no puedes ir a un sitio, entrar y salir y ya está....

Se ve que la adolescencia se aproxima a toda velocidad. O es verdad, y tiene razón mi hija, y no tengo remedio.


- Viniendo de la piscina, vamos las tres en el coche, y de repente Beatriz suelta:
- Madre mía, ¡como se caiga ese señor se le van a romper los huevos!
Me da un ataque de risa y ella me dice:
- Mamá, ¡que los lleva en la mano! y ¡sin tapa ni nada!



Hoy hemos festejado que es viernes pintando con pinceles.


¡ FELIZ VIERNES !

jueves, 9 de abril de 2015

Repetir.

Hoy he tenido una tutoría con el maestro de Marta. 

Hemos estado hablando de que a Marta, la primera semana de la vuelta de las vacaciones le cuesta una barbaridad concentrarse y seguir el ritmo. Que pasada esa semana, ya la cosa, afortunadamente, va mejorando poco a poco.

Y lo más interesante de lejos, que me ha dicho, es que él se está dando cuenta de que un niño disléxico no gana nada repitiendo curso. Me ha comentado, que está descubriendo el super esfuerzo que realiza Marta en clase, y que su dificultad no va a mejorar por ver otra vez los mismos contenidos. 

Gracias al esfuerzo que realiza Marta, está alcanzando todos los objetivos del curso, unos con más margen que otros, pero el caso es que él considera que el hecho de repetir curso no va a hacer que la disléxia desaparezca o, que lo que el curso pasado escribía mal, este curso lo escriba mejor.


LLevo todo el día pensando en ello. Y tengo que darle unas GRACIAS ENORMES, por su implicación, por haberle puesto un Bien en la asignatura de lengua, que ha hecho que a Marta  y a mí nos diera un auténtico subidón, y por ayudarnos tanto a todos, en todo.

 Y estoy de acuerdo, en que además de suponer un auténtico problema de autoestima para el niño que se ha esforzado tanto, es cierto, que por repetir curso, no va a saber si verano se escribe con b o con v.




Este dibujo de Marta es de su maestro y de su clase.

miércoles, 8 de abril de 2015

Agoniosa.

Así es como me llama mi hija cuando le digo que tiene que mejorar la letra, o escribir algo de nuevo, o repasar una cuenta de matemáticas.

Después de una tarde peleando con la tarea, la letra y los números. No deja de decirme que deje de ser tan "agoniosa".

Y es que hoy Marta no tiene el día. Su tutor a la salida de clase me ha llamado para decirme que hoy Marta había estado en las nubes. Y parece que en casa está igual.
Todo le cuesta un mundo. Lleva toda la tarde lloriqueando que no le apetece, o que no puede o que está muy cansada.

Y es que hay días buenos y días malos. Y hoy me temo que es uno de los regulares.


 Hoy hemos llevado a Dora al veterinario y Beatriz ha hecho este dibujo.
Marta no tiene humor ni para dibujar nada.





martes, 7 de abril de 2015

La rutina.

Estamos intentando recuperarla. Y no es nada fácil, porque después de las vacaciones, todo cuesta mucho más. 
Levantarse por las mañanas, por ejemplo, es otra vez un auténtico latazo. Suena el despertador y parece que el sonido está dentro de tus sueños (o pesadillas), y no le haces caso, hasta que un codazo, seguido de un gruñido que viene a decir más o menos algo así como "es tu despertador", te devuelve a la vida real. Y empiezas el día ya un poco torcida.

Y luego, otra vez vuelta al corre, corre que no llego. Pero así es la vida, y no siempre se puede estar sin obligaciones. En la vida hay que trabajar mucho y muy duro. Esta es la frase que he repetido hasta cansarme estos tres últimos días. Casi tanto para ellas como para mí misma.

Hoy hemos vuelto a la piscina, y Marta me ha dicho que cuando estaba nadando le ha dado un ave. Como yo me he quedado un poco pasmada y me ha visto la cara de interrogación, rápidamente me ha aclarado:
- Si mamá, lo que les pasa a los deportistas cuando no pueden, que les da un ave.
- ¡Ahhhhhh!. Te refieres a una pájara.
- Pues eso.
- Pero si has hecho un montón de trampas- dice su hermana- que había que hacer 200 metros y tú sólo hacías 100.
- Pues ya te lo he dicho, que me ha dado la pájara, y yo quería, pero mi cabeza me decía que mejor volase menos.

El resumen de todo, es que hoy, segundo día de cole después de las vacaciones, Marta ya está hablándome mientras hace sus tareas, de los días que faltan para las vacaciones de verano, mientras Beatriz en una hoja de su cuaderno mirando un  calendario está copiando los meses con sus respectivos días para poder tacharlos a medida que van pasando hasta llegar a las vacaciones, como un preso tacha los días que le faltan para conseguir la libertad.
Me estoy dando cuenta de que en esta casa estamos obsesionadas con las vacaciones....


Y para sobrellevar los 73  días que nos faltan para que nos den la libertad condicional, vamos a publicar alguna foto más de nuestros felices días libres.


Estas vacaciones me ha dado por  fotografiar flores.



Y aquí van las dos con el abuelo de excursión por la montaña.

lunes, 6 de abril de 2015

Vacaciones.

Han sido maravillosas. 
No porque hayamos hecho nada especial. Bueno, que si lo hemos hecho: hemos ido a mi pueblo. 
Pero sobre todo, han sido maravillosas porque eran vacaciones.

Yo imagino que a todo el mundo le pasa lo mismo. Que está deseando que se acabe el cole para estar unos días sin tarea, sin peleas por los deberes, ni mirando al reloj cada dos por tres, mientras ves como avanza la hora y aún te queda por delante una eternidad.

En fin, que hemos estado en el pueblo con los abuelos y las tías, y los bisabuelos y toda la familia (que mi familia es muy grande). E incluso con algunos amigos, que no todos, porque una semana es poquísimo tiempo para hacer todo lo que quieres.

   Y aunque hemos hecho algunas excursiones fantásticas, lo mejor de todo han sido los momentos que hemos compartido todos juntos y lo que nos hemos reído, como cuando la tía Marta, dice que se ha apuntado a un gimnasio "low cost". Y Beatriz le pregunta que si se puede saber para qué narices se apunta a un "gimnasio de locos"....


  O como cuando la abuela nos hace para cenar tres tipos de filetes acompañados de cuatro kilos de patatas fritas (éramos 8 personas a la hora de sentarnos a la mesa en básico, después había que sumar invitados), y me toca a mí preguntar de qué tipo de carne quieren que les sirva, y al llegar a Martita, esta me contesta:
- Mira mamá, como no me decido, echame de los tres tipos y me lo tapas todo con una capa de patatas para que sea sorpresa....

 Y hay muchos más ataques de risa, pero ahora os voy a enseñar unas imágenes de nuestra semana.



Esta foto es del jardín de los abuelos anunciando ya a gritos la llegada de la primavera.



Esta otra, es de una de nuestras excursiones a un pueblecito con encanto.

Y mañana, espero poder contaros más anécdotas divertidas y enseñaros más fotos. Ahora voy a ayudar a Marta con los deberes, porque hoy, parece que el lápiz tiene pica-pica, porque lo coge y lo suelta al instante. 

Ahora mismo, cuando le he dicho que se ponga y se concentre, le oigo que le pregunta a su hermana.
- "Beatriz, ¿me he pintado con el boli en la cara?"
- "No - contesta su hermana- pero máma te va a pintar un ojo de color morado como no te pongas con la tarea"
 Y las dos se parten de la risa. Madre mía, cualquiera que la oiga....


jueves, 26 de marzo de 2015

Logopeda.

Es una palabra que repetimos en mi casa mucho. 

Aunque para Marta, durante bastante tiempo ha sido sustituida por "la mujer que me lleva". 
Esto quiere decir, que no ha llevado muy bien, mejor dicho NADA bien, el hecho de que una persona, vaya a su clase y le llame por su nombre y le diga: "vamos", mientras todos sus compañeros, en silencio, ven como ella se levanta y se va. 

Según ella, los niños piensan que es tonta porque se tiene que ir con la logopeda durante unas horas a la semana.

Nos ha costado mucho trabajo hacerla entender que: 
1. Hay muchos niños en el cole que van a la logopeda por distintas razones y no pasa nada.
2. Que ella va porque le ayuda mucho.
3. Que sus compañeros no piensan nada malo cuando la sacan a ella de clase.

El caso es que hay días que va más animada, y otros como hoy, que sale del cole triste, y cuando le pregunto qué le pasa, no me quiere decir qué le preocupa. Pero al final acaba soltando que no le gusta ir a la logopeda, porque hoy les iban a poner una pelicula cuando a ella se la han llevado a trabajar. Y dice que no es justo, que además de costarle más las cosas, encima se pierde cosas chulas como una pelicula.
Aunque, creo que, cuando se pierde la clase de matematicas, no le parece tan mala idea.


Este es el dibujo que ha hecho hoy Marta. Ella dice que es su hermana.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La goma de borrar.

Amigos / hermanos. Así es como se define la relación que tienen mis hijas con los vecinos.
 Son dos niños de edades similares y pasan tanto tiempo juntos, que son como hermanos. 
En una ocasión, leí que los buenos amigos son hermanos que eliges. Y ellos, se comportan como tal, en lo bueno y en lo malo. Lo mismo se quieren con locura que se pelean sin parar.

Pues bien, a Marta no le gusta que nadie venga a casa a hacer la tarea con ella, supongo que no quiere que nadie vea cómo escribe, o lo que le cuesta. 
Pero esta semana, mi amiga está en Barcelona por trabajo y Adolfo (el hermano pequeño de los vecinos) se viene conmigo a hacer la tarea porque la abuela dice que ya no tiene paciencia para ello.
Y ayer, cuando llegamos de la piscina, Adolfo nos estaba esperando para cruzar la calle con la mochila al hombro. 
Todo el rato que él estuvo en casa, Marta ni se molestó en sacar su cuaderno para hacer la tarea. Se dedicó a mirarnos y hacer que buscaba en su agenda la tarea que tenía, y como yo estaba atenta a la tarea de Adolfo, pues hasta que él no se fue a su casa, no nos pusímos con los deberes.

La única frase que salió de la boca de Marta, fue en el momento en que yo le dije al niño: 

- "Adolfo, tú puedes hacerlo mejor, ahora vamos a borrar esto y lo escribimos de nuevo".
- "Bienvenido a todos los días de mi vida...."
-Marta ¿por qué le dices eso? Y Adolfo, ¿dónde tienes la goma?
- Pues la tendrá en el mismo sitio que yo, en la basura- dice entre dientes.
- ¿Y eso?
- Pues porque odiamos que nos borren lo que nos cuesta tanto trabajo hacer ¿A que si Adolfo?
- Yo, lo que diga Marta (contesta el otro mientras la mira y le sonríe).

Y así, se resuelve el misterio de las gomas de borrar de Marta. Me he pasado la vida comprándole gomas de borrar porque inexplicablemente desaparecían. O bien se las quitaban sus compañeros, o se fugaban misteriosamente dentro de su estuche...

Hoy Adolfo ha venido otra vez a casa a hacer los deberes. Y mientras estaba trabajando con él, Marta se me ha sentado encima y me ha preguntado cúando se iba Adolfo. Y al preguntarle por qué, me ha dicho:
- Tú ya sabes que yo le quiero mucho, pero necesito que me ayudes a mí sola, y se está haciendo tarde. Y me estoy poniendo nerviosa.
-Tranquila, que nos dará tiempo.  Y ¿por qué  no empezamos ya, y trabajamos con Adolfo?.
- No, hazle caso a él,  que ya sabes que yo soy especial.
- Si, mucho, cariño.






Hemos hecho las tres un dibujo de Marta, Adolfo y Dora. El primero es el mío (por favor, que nadie comente nada), el segundo es el de Beatriz, y el tercero de Marta.




lunes, 23 de marzo de 2015

Me duele.

Esas son las palabras que más repite Marta cuando está sentada delante de su tarea.
- Me duele la cabeza.
- Me duele la barriga.
- Me duele la mano.

Pero el jueves, también le dolía el cuello. Y me asusté mucho. Y el médico me dijo que lo que tenía es tensión muscular. 
Y cuando el viernes la llevé al pediatra a la revisión, me lo confirmó de nuevo.
Y cuando fuimos a recoger al cole a Beatriz, su maestra de inglés me paró en el pasillo y me dijo que Marta tenía que estudiar porque esa mañana habían tenido el exámen de inglés y me preguntó por qué no había ido.
Y entonces, se me iluminó la bombilla. Ya sabía de dónde había salido esa tension muscular.
Y es terrible pensar cómo afecta a un niño dislexico el colegio y las asignaturas y las clases y sobre todo los exámenes.
 Porque es normal que yo, con mis años (que tampoco son tantos) tenga a veces tensión y me duela la cabeza, el cuello, la espalda y hasta el alma. Pero no es normal que una niña con 8 años pase por eso.

Hoy he leido un fantástico artículo sobre la dislexia que han publicado en "El Semanal XL", y lo he comentado a la hora de comer:
- He leído que el dueño de Ikea es disléxico- he dicho yo.
- Anda. 
- Y ¿sabeis lo que significa IKEA? - les pregunto.
- Nooo.
- Pues significa dislexia en sueco.
- ¡Que bien! ¡Tengo Ikea! ¡Tengo Ikea!- canta Marta.
- Y el dueño, siempre ha pedido a los diseñadores que los nombres de sus productos sean sencillos para los disléxicos.
- Pues serán sencillos para los suecos, porque lo que es para un español son muy chungos- dice mi marido.

Este es el dibujo que me ha hecho hoy Marta. Parece que se ha quedado entusiasmada con lo que le he contado.


jueves, 19 de marzo de 2015

Inglés.

Para Marta, es igual que el chino para mí.
En esta asignatura tiene adaptacion curricular, de otro modo, sería imposible.

No se le da bien ni escribirlo, ni pronunciarlo. Como ella dice cuando tiene que leer una frase sencilla en inglés: 
- No comprendo nada de lo que pone.
- Mira, vamos a ir palabra por palabra.
- Mamá, da igual, es imposible.

Hace poco planeamos un viaje a Londres con los abuelos y las tias. Y cuando Marta se enteró, lejos de ponerse contenta, se preocupo mucho y me pregunto:
- ¿Quien habla ingles?
- Pues las tias, papá y yo.
- Si, pero... ¿quien habla ingles bien?
- Pues los que te acabo de decir.
- ¿Y los abuelos?
- No, estudiaron francés.
- Pues no me dejeis sola con ellos, que si se pierden la hemos liado. Yo creo que mejor nos quedamos en casa tranquilitos y punto.



martes, 17 de marzo de 2015

Mil Perdones.

Por no haber escrito ayer. 
Tengo una amiga estupenda viviendo en Francia, que me ha preguntado qué ha pasado que ayer no hemos hecho una entrada, y le he tenido que decir la verdad: que no sabía qué escribir. 

Estaba cansada y la inspiración que hace que siempre escriba a toda velocidad, aunque luego lo borre y escriba otra cosa, y lo vuelva a borrar y al final acabe con un batiburrillo de ideas que quiero contar y no sé en que orden, se fue por completo. 
Así que decidí que hoy sería otro día.

Os voy a contar el día de ayer:
Me levanté a las 7:30 y encendí el móvil, como todos los días. Al segundo y medio después ya me arrepiento, porque empiezan a entrar whatsApp sin parar y mi marido se queja de que no le dejo disfrutar de sus 15 minutos extras durmiendo.

Saco a Dora a que vaya al baño al poder ser lejos del baño de casa, preferiblemente en la esquina de la plaza que es, hasta donde consigue llegar, sin hacerse pis.

Llego a casa y comienzo a levantar al personal. Mientras Dora se dedica a sacar todos los zapatos de las niñas del zapatero, supongo que nerviosa perdida porque sabe que en unos minutos ellas bajan y le dan su ración de achuchones matutinos.

 Conseguimos llegar al cole más o menos a la hora adecuada. Y me voy con Dora a dar un paseito.
Después regreso a casa y me pongo a hacer todas las tareas que hacemos las amas de casa (una lista interminable de cosas que duran exáctamente veinte minutos perfectas), y dedico un rato a las gestiones del AMPA, ayer en concreto, llamadas telefónicas con las distintas delegaciones. 

Y llega mi hora favorita, la hora de ir al cole a buscarlas.
Regresamos a casa, comemos y vamos a la actividad que toque o damos un paseo a la perra. 

Ayer yo tenia una reunión en el cole por la tarde. 
Después de la reunión, fuimos a darle el paseo a Dora, y resultó que nos encontramos con unos amiguitos y estuvieron jugando los cuatro niños con la perra un ratito, además de darles tiempo a pelearse otro ratito.

Y el resto de la tarde estuvimos estudiando porque Marta tenia su tarea de siempre y además Beatriz tenia hoy examen de cono.
Cuando terminamos la tarea, se ducharon mientras yo preparaba la cena, cenaron y seguimos repasando el tema.

Total, nada excepcional, ni espectacular, ni agotador, pero  a las 10:30 de la noche encendí el ordenador y no sabia qué poner. Estaba en blanco. Y la cama me llamaba a gritos.

Ahora, Marta está haciendo sus ejercicios de logopeda. Tiene que descubrir cúal es y escribir la palabra que le han separado en sílabas y, a veces, se atasca:
- ¿Qué pone aquí?
- Marta , piensa un poco.
- Es que no sé. Pone: del- do- ga. Y no se me ocurre nada.
- Te voy a dar una pista: ¿cómo está tú hermana?
- Pues, ¿está agobiada?, ¿está tonta?, yo que sé...
- Anda, intentalo otra vez.
- ¡AHHH!  del-ga-da.