Por no haber escrito ayer.
Tengo una amiga estupenda viviendo en Francia, que me ha preguntado qué ha pasado que ayer no hemos hecho una entrada, y le he tenido que decir la verdad: que no sabía qué escribir.
Estaba cansada y la inspiración que hace que siempre escriba a toda velocidad, aunque luego lo borre y escriba otra cosa, y lo vuelva a borrar y al final acabe con un batiburrillo de ideas que quiero contar y no sé en que orden, se fue por completo.
Así que decidí que hoy sería otro día.
Os voy a contar el día de ayer:
Me levanté a las 7:30 y encendí el móvil, como todos los días. Al segundo y medio después ya me arrepiento, porque empiezan a entrar whatsApp sin parar y mi marido se queja de que no le dejo disfrutar de sus 15 minutos extras durmiendo.
Saco a Dora a que vaya al baño al poder ser lejos del baño de casa, preferiblemente en la esquina de la plaza que es, hasta donde consigue llegar, sin hacerse pis.
Llego a casa y comienzo a levantar al personal. Mientras Dora se dedica a sacar todos los zapatos de las niñas del zapatero, supongo que nerviosa perdida porque sabe que en unos minutos ellas bajan y le dan su ración de achuchones matutinos.
Conseguimos llegar al cole más o menos a la hora adecuada. Y me voy con Dora a dar un paseito.
Después regreso a casa y me pongo a hacer todas las tareas que hacemos las amas de casa (una lista interminable de cosas que duran exáctamente veinte minutos perfectas), y dedico un rato a las gestiones del AMPA, ayer en concreto, llamadas telefónicas con las distintas delegaciones.
Y llega mi hora favorita, la hora de ir al cole a buscarlas.
Regresamos a casa, comemos y vamos a la actividad que toque o damos un paseo a la perra.
Ayer yo tenia una reunión en el cole por la tarde.
Después de la reunión, fuimos a darle el paseo a Dora, y resultó que nos encontramos con unos amiguitos y estuvieron jugando los cuatro niños con la perra un ratito, además de darles tiempo a pelearse otro ratito.
Y el resto de la tarde estuvimos estudiando porque Marta tenia su tarea de siempre y además Beatriz tenia hoy examen de cono.
Cuando terminamos la tarea, se ducharon mientras yo preparaba la cena, cenaron y seguimos repasando el tema.
Total, nada excepcional, ni espectacular, ni agotador, pero a las 10:30 de la noche encendí el ordenador y no sabia qué poner. Estaba en blanco. Y la cama me llamaba a gritos.
Ahora, Marta está haciendo sus ejercicios de logopeda. Tiene que descubrir cúal es y escribir la palabra que le han separado en sílabas y, a veces, se atasca:
- ¿Qué pone aquí?
- Marta , piensa un poco.
- Es que no sé. Pone: del- do- ga. Y no se me ocurre nada.
- Te voy a dar una pista: ¿cómo está tú hermana?
- Pues, ¿está agobiada?, ¿está tonta?, yo que sé...
- Anda, intentalo otra vez.
- ¡AHHH! del-ga-da.